La carga del cuidador se define como las consecuencias psicológicas (principalmente emocionales y de estrés), físicas, sociales y económicas que se generan en un familiar o amigo que se dedica a la atención y el cuidado de un paciente con una enfermedad mental. El cuidador principal de un paciente con trastorno bipolar (TB) sufre un gran nivel de sobrecarga que impacta de forma negativa en todos los niveles de su vida: salud, relación familiar, trabajo y economía.
Gutiérrez-Rojas et al. (2013) realizaron un trabajo de revisión con el objetivo de identificar los factores que influyen en la sobrecarga del cuidador en el TB, determinar las repercusiones de la sobrecarga del cuidador y analizar la eficacia de la psicoeducación familiar. A continuación resumimos las principales conclusiones de dicho estudio.
En cuanto a los factores que influyen en la sobrecarga del cuidador en el TB Gutiérrez-Rojas et al. (2013) observaron resultados heterogeneos. Uno de los estudios analizados concluyó que los cuidadores de pacientes con TB se sentían menos agobiados y presentaban mayor conciencia de enfermedad debido a la naturalera episódica del TB en comparación con la esquizofenia. Sin embargo, otros estudios advierten que existe una proporción significativa de pacientes que sufren un deterioro funcional con síntomas interepisódicos que interfieren en su funcionamiento normal. Concretamente se ha observado que los síntomas maníacos en pacientes bipolares representan mayor nivel de estrés en los cuidadores que los síntomas psicóticos en personas diagnosticadas de esquizofrenia.
Se ha encontrado que los cicladores rápidos presentan mayor nivel de sobrecarga. Asimismo, el nivel de carga es mayor en los pacientes que tienen síntomas depresivos (en vez de maniacos) y en los que presentan alteraciones conductuales como la hiperactividad y la irritabilidad. Parece que la severidad del episodio depresivo sobrecarga al cuidador en mayor medida que la duración del mismo. Otras variables relacionadas con un alto nivel de carga son el número de hospitalizaciones, la duración de la enfermedad, los antecedentes de haber realizado intentos de suicidio y la ideación autolítica actual.
En diversos estudios se ha encontrado que el nivel de carga y estrés que soportan los cuidadores está directamente relacionado con los estilos de afrontamiento que han puesto en marcha. Se ha observado que los cuidadores con tendencia a la ansiedad o a la depresión tienden a sobrestimar la amenaza que plantea la enfermedad del paciente y a subestimar su capacidad para afrontarla, lo cual tiene un efecto perjudicial sobre las conductas de afrontamiento. Cuando el cuidador tienda a percibir las situaciones como amenazadoras o imposibles de controlar la tendencia es la aparición de estrategias centradas en la emoción (las más desadaptativas al tratar de regular la respuesta emocional asociada al estrés a través de medidas como el consumo de sustancias, la evitación o la resignación). El entendimiento por parte de los cuidadores de que la conducta de la persona con TB está causada por la enfermedad y no por su personalidad se asocia con una disminución de la carga experimentada.
Otros indicadoeres de sobrecarga fueron el sexo masculino del cuidador, el vínculo no biológico del cuidador, la edad joven, vivir en la misma casa que el paciente, ser su cónyuge, tener menos años de educación y sentirse estigmatizado por la enfermedad del paciente que cuida.
Por último, la calidad del apoyo social ha demostrado ser un buen predictor de salud y bienestar en los cuidadores y se ha asociado con una mejor calidad de vida y menor discapacidad social en los pacientes con TB.
En cuanto a las repercusiones de la sobrecarga sobre el cuidador, Gutiérrez-Rojas et al. (2013) encontraron que las consecuencias de cuidar a un paciente con TB son, entre otras:
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Impacto sobre la salud del cuidador
La sobrecarga del cuidador se asocia a un empeoramiento de la salud física y mental. Los cuidadores presentan menos hábitos saludables y una mayor demanda de atención especializada en los servicios de salud mental y uso de los servicios de atención primaria.
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Impacto laboral y económico de la enfermedad
El TB además de impedir en ocasiones la incorporación laboral del paciente, perjudica seriamente el desempeño laboral de los cuidadores, y muy especialmente el del cónyuge. Se ha observado que los cuidadores más sobrecargados tienden a gastar más recursos económicos que los que sufren menor sobrecarga.
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Impacto en la relación familiar
La incidencia de divorcios, relaciones tempestuosas e insatisfacción conyugal en los matrimonios de los pacientes bipolares es elevada, incluso incluso cuando el paciente permanece eutímico.
Sin embargo, algunos autores observaron que cuidar a una paciente afectado de TB reporta consecuencias positivas para la vida de las personas que sustentan el rol de cuidador generando sentimientos de gratificación, amor, orgullo y compasión.
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Implicaciones legales del TB
Si la persona con TB se comporta de manera agresiva, es el cuidador el que tiene más probabilidad de ser el objetivo de esta conducta violenta.
En cuanto a la eficacia de las intervenciones psicoeducativas centradas en la familia del paciente bipolar, Gutiérrez-Rojas et al. (2013) recogieron de distintas investigaciones los siguientes beneficios: disminución del nivel subjetivo de sobrecarga, reducción de la sintomatología depresiva de los cuidadores, mejora del conocimiento acerca de la enfermedad, cambio de las creencias sobre el impacto en sus vidas y la enfermedad, reducción del número de recaídas y de ingresos hospitalarios, incremento del tiempo hasta la recurrencia y mejora del cumplimento terapéutico.
Referencia bibliográfica:
Gutiérrez-Rojas, L., Martínez-Ortega, J., y Rodríguez-Martin, F. (2013). La sobrecarga del cuidador en el trastorno bipolar. Anales de Psicología, 29(2), 624-632. doi: 10.6018/analesps.29.2.124061